El cazador

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Cerca de una montaña vivía un cazador, que con la ayuda de un artilugio, conseguía imitar toda clase de gritos de animales. Armado con un arco y sus flechas se iba a la montaña e imitaba al ciervo.

Creyendo que se trataba de alguno de los suyos, los ciervos se acercaban y el cazador los mataba lanzando flechas con el arco. Un dia, al oir el reclamo del ciervo llego un lobo. El cazador, muerto de miedo, imitó el rugido del tigre. El lobo huyó pero apareció un tigre. Aterrorizado, el hombre imitó el gruñido del oso. El tigre huyó, pero, creyendo encontrar a uno de sus semejantes, un oso enorme apareció. Al encontrar sólo a un hombre, se abalanzó sobre él lo destrozó y se lo comió.Aquellos que emplean artificíos en vez de contar con sus propias fuerzas, siempre terminan por tener un destino semejante al del cazador.

Esta historia me la contó un anciano en el pueblo de la Zahora (Granada), por el año 1971, me dijo que era una fábula, que le contaron sus antepasados y que era muy antigua.

Foto extraida para esta historira, dirección:
Pintura del anfiteatro de Mérida